Nuestro contexto

A diario nuestros afiliados son víctimas de la vulneración de sus derechos Constitucionales y legales, además, el creciente desempleo producto de la tergiversada globalización, las políticas neo-liberales y las pandemias que afectan a toda la humanidad, acarrean la supresión de los puestos de trabajo y de las garantías dignas del empleo. Las políticas públicas emanadas de un absurdo pactismo excluyente entre las fuerzas bipartidistas del legislativo y el presidente de la República, desconocen la jornada laboral máxima, y la retribución en compensación de sus jornadas extras de trabajo.

En Colombia viene ocurriendo una sistemática persecución contra las asociaciones, los sindicatos y los movimientos sociales en general. Tal situación se corrobora con las quejas que permanentemente está recibiendo el consejo de administración de la OIT, donde señalan a Colombia como uno de los países con mayor índice de crímenes y persecución contra dirigentes sindicales y líderes sociales. 

En nuestro caso concreto, ASODEFENSA ha recibido amenazas muy graves contra sus directivos, líderes e instalaciones de su sede sindical. Además de aquellas que afectan la integridad física y moral, como: el desplazamiento de trabajadores civiles a zonas de orden público con la finalidad de transportar militares y policías a los frentes de combate; la obligatoriedad del uso de uniformes militares camuflados por parte de los empleados civiles, que el personal militar y de policía les impone, la intimidación y amenaza de perder el empleo o de ser trasladados a zonas de guerra a los empleados afiliados al sindicato y de amedrentar la decisión libre y espontánea de los trabajadores que tengan el deseo de hacer parte de la organización sindical. 


Estas actitudes que predominan en los militares y policiales en gran porcentaje, encargados del mando y de la administración de unidades militares, cantones, estaciones de policía, comandos aéreos, bases navales, etc. Son el reflejo vivo de la vulneración de uno de los derechos humanos más importantes para el trabajador, como es el de la libertad sindical. Parece incomprensible que bajo un régimen supuestamente democrático sean los actores de la institucionalidad estatal quienes propician la negación de los derechos que la propia nación ha reconocido, y quienes tienen precisamente que defender.

Pese a las dificultades que atravesamos, ASODEFENSA ha adelantado programas intensivos de difusión, educación, defensa y conciencia de los Derechos Humanos. Para tal efecto ha logrado constituir una infraestructura; sin embargo, no ha sido fácil el sostenimiento de esta labor dado los altos costos de los bienes y servicios necesarios que implican la sostenibilidad de la estructura sindical.

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